Porque decir que “lavado de cara” es poco. Lo que en su día parecía suficiente, hoy es que no lo veo. No es que me avergüence, pero… las cosas siempre se pueden hacer mejor. Y eso es lo que estamos intentando con una de las criaturas de Lermhe —será revelado en su momento cuál de ellas y cómo, no desesperéis, llevamos buen ritmo—.
Puede sonar a obviedad, pero cuando uno empieza a añadir detalles a una imagen, muchas cosillas de detrás quedan relegadas y ocultas tras la figura principal, y la verdad, algunos símbolos de los que se ve nada y menos a veces cuesta un huevo hacerlos, porque tras cada uno de esos —como la imagen de este post—, hay al menos tres pruebas fallidas que solo ocupan megas. Aunque, según creo, sin esos errores sería imposible llegar a puerto. Más o menos como en la vida misma, ¿no? Lo importante es que ya estoy en camino y sé a dónde voy. El como atraque ya se verá, y además, ¿acaso importa? Para nosotros, los lermhitas, siempre será más importante/divertido el viaje que el destino.
Aquí os presento una rosa de los vientos que he creado para uno de esos “lavados”, con seguridad la reutilizaré en otros proyectos —hay un par de mapas que tengo pendientes, esta Operación podría extenderse hasta el infinito si sigo así, pero esa… es otra historia—. Espero que os guste.
Solo añadir que hacía mucho que no venía por aquí —cosas de la vida, idas y venidas, otros proyectos, traumas y desvíos—, pero creo que es importante expresar que me alegra estar de vuelta, que los engranajes están en marcha y que espero veros más a menudo. Por cierto, si queréis cotillear qué he estado haciendo, este es un buen principio: AQUÍ.
Un abrazo enorme, y nos vemos pronto!
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